¡Hola a todos! Quería comunicarles que me he creado un nuevo blog llamado: "Feel good. Believe. Dream." Todo los contenidos del blog menos las frases de la columna, son escritos y hechos por mi(tanto fotos como textos). Les pido que no plagien información del blog.
¡Gracias!
PD:Si os gusta seguidme! ;)
Capítulo 3
Publicado por Rorri en 2:14
26 de marzo
Bip, bip. Sonó el sonido que suena cuando me mandan un mensaje. ¿Pero quién será a estas horas?
Te espero a las 5 de la tarde
en Danki Coofee, en el Centro.
No faltes, espero verte allí.
Me reconocerás porque llevaré
rosa roja, muy roja. Tan roja como
tus labios. También llevaré una
lata de coca-cola, ya que es del
color de tus ojos. Y por último,
llevaré unas perlas tan blancas
cómo tus dientes
Te espero allí. No faltes
por favor. Besos.
Al leer esto me quedé estupefacta. ¿Quien sería? Seguro que era algún gracioso con ganas de reírse. ¿Pero cómo sabía que tenía los ojos marrones? Realmente esa persona debía de ser muy romántico. ¡Pero que estoy diciendo! Los ojos marrones los tienen cualquiera, y ese seguro que era algún loco psicópata. Mejor que pase del tema. Pero...... no puedo quitármelo del cabeza. Me vestí rapidísimo para llegar a clase y contarles a mis amigas lo que me había sucedido. Le di un beso a mi madre y otro a mi hermana pequeña, y a continuación me dispuse a salir por la puerta. El ascensor estaba roto así que decidí ir por las escaleras. Esta estaba solitaria. Bajé dando pequeños saltitos, y cuando llegué abajo me encontré con mi vecino. Me saludó de mala manera y se marchó con una sonrisa un poco hipócrita en la cara.
Llegué a la parada del autobús. Aún no había llegado nadie. Yo me senté en el pequeño banco y divisé la calle tan solitaria como casi siempre a esa hora. Intentaba quitarme ese mensaje de la cabeza, pero no podía. Leí el mensaje una vez, y luego otra, y después otra..... Lo releí hasta el punto de aprendérmelo de memoria. No sabía que hacer. ¿Le respondo? ¿Será realmente una buena persona? ¿Y si es alguien con ganas de hacerme daño? ¿Se lo cuento a mis amigas? ¿Voy hasta allí? ¿Y si no va nadie y me quedo sola? En ese instante mil preguntas sin respuesta recorrían mi mente. Debía relajarme. Relajarme y olvidarme de todo. Para ello necesitaba algo esencial: La música. No sé que haría sin ella. Desde que era pequeña se ha convertido en algo indispensable para mí. Recuerdo la primera vez que escuché “baby einsteis”. Bueno, en realidad no me acuerdo, pero me lo han contado. Dicen que tenía un pequeño columpio, por el que se emitía una hermosa melodía. Me encantaba columpiarme oyendo la música.
Puse la radio, ya que se me había olvidado el mp4. Se había borrado las secuencias que siempre ponía(cadena100, Europa fm, los 40 principales.....). Así que le di a sintonizar emisoras y empezaron a salir mil cadenas diferentes. De rock, de pop, de música clásica, de pop rock......... De repente, sonó una canción de los beatles, llamada let it be. Creo que significa déjelo estar. Eso sería lo mejor. Dejarlo estar. Pero era imposible. No podía quitármelo de la cabeza. Quité esa emisora y puse cadena 100. Al instante llegó el autobús. Ese día tampoco había mucha gente. Así que me puse a cantar en voz baja una canción que ahora está de moda. Es de Carlos Baute. Empecé a tararearla y a mover los labios con una expresión muy fuerte. Poco a poco fui cerrando los ojos, y empecé a mover la cabeza al ritmo de la música. Luego le añadí los brazos. Estos los movía de un lado para otro, pero nadie me veía hacerlo.
Piiiiiiiiiiiiii. Se escuchó un morrocotudo pitido, acompañado de un frenazo. Me quité los cascos a toda velocidad y miré a mi alrededor. Todo era un pequeño susto. Una loca se había saltado el semáforo, y casi tenemos un accidente. Pero finalmente no pasó nada. Giré la cabeza hacia atrás, y lo vi. Sí, lo volví a ver. Volví a ver su pelo perfectamente peinado, sus maravillosos ojos, y sus preciosos labios. Me froté los ojos. No podía ser él. Había estado cantando y bailando como una imbécil, y lo peor es que él estaba delante. Se rió. Yo me avergoncé muchísimo, pero intenté disimularlo. No sabía como actuar. Pero en ese momento llegó él y lo solucionó todo.
-Bailas muy bien-me dijo.
Esbocé una gran sonrisa. Y entonces le contesté:
-¡Que va! Yo bailo muy mal.
-Pues acabas de demostrar lo contrario.
-¿Tú crees? El año que viene iré a Fama- nos reímos.-Oye ¿cómo te llamas?
-Soy Alejandro.
-Yo soy Atenea, encantada.
Se sentó a mi lado y miró el paisaje. Yo también miraba el paisaje. Mi paisaje. Lo miraba a él. Una repentina melodía estropeó el momento. Lo llamaban al móvil. Descolgó y dijo: “Voy para allá”. Colgó el teléfono y se despidió de mi. Todo fue muy rápido. Demasiado. Caminó hacia las puertas del autobús cuando se le calló algo de su mochila. Era algo rojo. Me levanté corriendo para dárselo, pero era tarde. Se había marchado. Cogí la rosa del duelo y la olí. Era una rosa roja. Pero no era un rojo cualquiera. Era un rojo intenso. Muy intenso. En ese instante recordé el mensaje.
“Llevaré una rosa roja. Muy roja. Tan roja como tus labios.”
Bip, bip. Sonó el sonido que suena cuando me mandan un mensaje. ¿Pero quién será a estas horas?
Te espero a las 5 de la tarde
en Danki Coofee, en el Centro.
No faltes, espero verte allí.
Me reconocerás porque llevaré
rosa roja, muy roja. Tan roja como
tus labios. También llevaré una
lata de coca-cola, ya que es del
color de tus ojos. Y por último,
llevaré unas perlas tan blancas
cómo tus dientes
Te espero allí. No faltes
por favor. Besos.
Al leer esto me quedé estupefacta. ¿Quien sería? Seguro que era algún gracioso con ganas de reírse. ¿Pero cómo sabía que tenía los ojos marrones? Realmente esa persona debía de ser muy romántico. ¡Pero que estoy diciendo! Los ojos marrones los tienen cualquiera, y ese seguro que era algún loco psicópata. Mejor que pase del tema. Pero...... no puedo quitármelo del cabeza. Me vestí rapidísimo para llegar a clase y contarles a mis amigas lo que me había sucedido. Le di un beso a mi madre y otro a mi hermana pequeña, y a continuación me dispuse a salir por la puerta. El ascensor estaba roto así que decidí ir por las escaleras. Esta estaba solitaria. Bajé dando pequeños saltitos, y cuando llegué abajo me encontré con mi vecino. Me saludó de mala manera y se marchó con una sonrisa un poco hipócrita en la cara.
Llegué a la parada del autobús. Aún no había llegado nadie. Yo me senté en el pequeño banco y divisé la calle tan solitaria como casi siempre a esa hora. Intentaba quitarme ese mensaje de la cabeza, pero no podía. Leí el mensaje una vez, y luego otra, y después otra..... Lo releí hasta el punto de aprendérmelo de memoria. No sabía que hacer. ¿Le respondo? ¿Será realmente una buena persona? ¿Y si es alguien con ganas de hacerme daño? ¿Se lo cuento a mis amigas? ¿Voy hasta allí? ¿Y si no va nadie y me quedo sola? En ese instante mil preguntas sin respuesta recorrían mi mente. Debía relajarme. Relajarme y olvidarme de todo. Para ello necesitaba algo esencial: La música. No sé que haría sin ella. Desde que era pequeña se ha convertido en algo indispensable para mí. Recuerdo la primera vez que escuché “baby einsteis”. Bueno, en realidad no me acuerdo, pero me lo han contado. Dicen que tenía un pequeño columpio, por el que se emitía una hermosa melodía. Me encantaba columpiarme oyendo la música.
Puse la radio, ya que se me había olvidado el mp4. Se había borrado las secuencias que siempre ponía(cadena100, Europa fm, los 40 principales.....). Así que le di a sintonizar emisoras y empezaron a salir mil cadenas diferentes. De rock, de pop, de música clásica, de pop rock......... De repente, sonó una canción de los beatles, llamada let it be. Creo que significa déjelo estar. Eso sería lo mejor. Dejarlo estar. Pero era imposible. No podía quitármelo de la cabeza. Quité esa emisora y puse cadena 100. Al instante llegó el autobús. Ese día tampoco había mucha gente. Así que me puse a cantar en voz baja una canción que ahora está de moda. Es de Carlos Baute. Empecé a tararearla y a mover los labios con una expresión muy fuerte. Poco a poco fui cerrando los ojos, y empecé a mover la cabeza al ritmo de la música. Luego le añadí los brazos. Estos los movía de un lado para otro, pero nadie me veía hacerlo.
Piiiiiiiiiiiiii. Se escuchó un morrocotudo pitido, acompañado de un frenazo. Me quité los cascos a toda velocidad y miré a mi alrededor. Todo era un pequeño susto. Una loca se había saltado el semáforo, y casi tenemos un accidente. Pero finalmente no pasó nada. Giré la cabeza hacia atrás, y lo vi. Sí, lo volví a ver. Volví a ver su pelo perfectamente peinado, sus maravillosos ojos, y sus preciosos labios. Me froté los ojos. No podía ser él. Había estado cantando y bailando como una imbécil, y lo peor es que él estaba delante. Se rió. Yo me avergoncé muchísimo, pero intenté disimularlo. No sabía como actuar. Pero en ese momento llegó él y lo solucionó todo.
-Bailas muy bien-me dijo.
Esbocé una gran sonrisa. Y entonces le contesté:
-¡Que va! Yo bailo muy mal.
-Pues acabas de demostrar lo contrario.
-¿Tú crees? El año que viene iré a Fama- nos reímos.-Oye ¿cómo te llamas?
-Soy Alejandro.
-Yo soy Atenea, encantada.
Se sentó a mi lado y miró el paisaje. Yo también miraba el paisaje. Mi paisaje. Lo miraba a él. Una repentina melodía estropeó el momento. Lo llamaban al móvil. Descolgó y dijo: “Voy para allá”. Colgó el teléfono y se despidió de mi. Todo fue muy rápido. Demasiado. Caminó hacia las puertas del autobús cuando se le calló algo de su mochila. Era algo rojo. Me levanté corriendo para dárselo, pero era tarde. Se había marchado. Cogí la rosa del duelo y la olí. Era una rosa roja. Pero no era un rojo cualquiera. Era un rojo intenso. Muy intenso. En ese instante recordé el mensaje.
“Llevaré una rosa roja. Muy roja. Tan roja como tus labios.”
Segundo capítulo
Publicado por Rorri en 14:05
Al día siguiente(25 de Marzo)
Rin, rin. Sonó el despertador, y un poco adormilada le di al botón para que no siguiera sonando ese sonido tan chirriante y desagradable. Me vestí muy despacio, desayuné y cogí mi mochila para ir hacia la parada del autobús. Cuando entro en el autobús, la gente me mira muy raro. Suelen haber 3 tipos de personas: los jóvenes chulitos que cuando entras, te miran con la típica cara de “soy superior a ti. Porque yo lo valgo”. Las chicas de este tipo, casi siempre visten con unos pantalones muy cortos, un corpiño ajustado y unos zapatos rosas. Además, siempre mascan chicle.
Luego están los estudiantes. Estos van un poco más decentes a los anteriores. Suelen ir escuchando música con los mp3, mp4 o móviles. Llevan siempre una mochila que suele ser de marca(casi siempre son roxi, billabong o quiksilver) Yo me considero más de este grupo de personas.
Y por último están los ancianos. Estos son los que no tienen vehículos para desplazarse , y por ello, siempre están en el autobús. Suelen llevar boina de cuadros.
Al entrar en el autobús vi a un chico que no lo había visto habitualmente. Me miró, y acto seguido sonrió. Yo también le sonreí, y a continuación giré la cara. Le di mi tarjeta de monobus al conductor, y me senté al final. Cogí mi móvil y puse la radio. La canción que sonaba era: “Tal como eres”. De El Canto del Loco. Te necesito tanto......... ¿Alguien me dirá alguna vez eso? Justo en ese instante, el chico me miró. Era muy guapo. Tendría unos 14 o 15 años, cómo yo. Era rubio, y tenía los ojos del color de la miel. Medía más o menos 1'80. ¡Simplemente perfecto! La mirada duró unos segundos. Unos intensos segundos. Mientras lo miraba, la canción seguía sonando: cambiaste llorar por luchar en mi nombre...... Las puertas del autobús se abrieron de golpe. Giramos la cara. Miré la hora y era demasiado tarde. Salí corriendo hasta llegar a mi instituto. Estaba tocando la sirena para entrar a clase. Yo corrí a toda prisa, y allí me esperaban mis cuatro mejores amigas: Adriana, Yasmín, Aroa y África. Ellas son las mejores. Adriana es la informática y música más buena del mundo. Yasmín y yo somos las que le damos esa cierta chispa de gracia al grupo. Aroa es la que a veces pone orden. Y África es la que peina, canta y dibuja como nadie( a veces es un poco “mangante”) . Nos queremos un montón, y si por algo nos caracterizan, es porque nos apuntamos a un bombardeo, como se suele decir. Me conocen muchísimo.
A primera hora teníamos matemáticas. Lo único bueno de esa clase es el profesor.... La hora se me pasó muy lenta. A segunda hora teníamos plástica. En esa clase nos dejan ponernos donde queramos. Mis amigas y yo siempre nos sentamos juntas.
Yo me comporté como siempre. Canté, bailé, hablé, y dibujé. Estaba contenta y no sabía porqué. La tercera hora se me pasó volando. Teníamos alternativa. Me encantan esas clases, ya que nos dan tiempo para hacer deberes atrasados o trabajos.
Pronto llegó la hora del recreo.
-¡Rorri! Que contenta estás hoy-dijo África
-¡Sí!
-Uy uy. ¡Esto huele a enamoramiento!- añadió Adriana inmediatamente.
-¿Enamoramiento? Que va.
-Que sí. Que tu estás enamorada-dijeron Aroa, África y Adriana al unísono.
Yo puse cara de enfadada, y crucé los brazos.
-Bueno chicas, dejadlo ya-dijo Yasmín.
-Vale, lo sentimos-dijo Aroa en nombre de todas.
-Os perdono si me dais un abrazo- me reí-
-¡Pues claro!-dijo Yas.
Todas nos dimos un abrazo muy tierno. Un abrazo que me reconfortó muchísimo. El pitido de la sirena para entrar a clase sonó. Todos subimos muy despacio, y dimos las últimas clases que nos faltaban.
Primer capítulo del "relato"
Publicado por Rorri en 14:59
Un día cualquiera de Mayo.
Me asomé a la ventana, y observé, como cada gota de agua caía del cielo. Cada gota insignificante, recorría un camino totalmente distinto. Algunas, caían muy rápido, otras, muy lentamente, unas eran muy pequeñas, otras muy grandes y algunas, iban tan cerca, que parecía que siempre recorrerían el mismo camino. Pero cuando estaban a punto de llegar a la meta, la más minúscula, se desviaba, produciendo un cambio brusco e inesperado. En ese instante, me di cuenta de que realmente así es la vida de las personas. Parece que todas van por el mismo camino, siempre juntas y unidas, pero cuándo menos te lo esperas, una se desvía, y ya nunca más vuelves a saber de ella, o quizás, esa persona siga ahí, pero cuándo verdaderamente la necesitas, no está. Realmente hay excepciones, como en todo. Los verdaderos amigos siempre están, lo que ocurre, es que verdaderos amigos hay muy pocos. Yo por suerte tengo a unos brillantes.
La calle estaba solitaria. Ningún transeúnte caminaba aquel día, probablemente, por la lluvia. A todo el mundo le extrañaría bastante ver a cualquier persona cantando, bailando, o simplemente, paseando. Pero en mis pensamientos, esta idea siempre reina. Me encantaría andar por la calle un día de rayos, tormentas y lluvia, con alguien especial de la mano. Cantaríamos, bailaríamos, saltaríamos y chapotearíamos sobre los charcos. Pero,¿esto ocurrirá algún día? Llevo mucho tiempo soñando con este momento, quizás demasiado. Cuando bajo a la calle a dar un paseo, siempre observo a la gente. Muchos están con sus amigos o familia, pero bastantes más están con sus parejas, o como quieran llamarlo. Juguetean entre ellos, se ríen, se besan, se abrazan. Todo parece tan bonito.......
Mi viaje a Marruecos
Publicado por Rorri en 14:57
Me encontraba en medio del desierto, un poco aturdida...... Bueno, será mejor que empiece por el principio.
Llevaba meses planeando el viaje de mi vida, con la persona de mi vida, en le sitio de mi vida..... Todo debía ser perfecto, debía ser un viaje inolvidable e inmemorial para todos. Estaba todo a punto, pero mi poca coherencia y yo, decidimos abandonarlo todo para seguir al destino. Así que me dispuse a anularlo todo: descambié mis espléndidos vestidos de gala, mi maravilloso bolso de "Dolce Gabana", los preciosos zapatos que a toda mujer le gustaría poseer. Pero lo significativo no era eso, lo significativo era cambiar el viaje de ensueño, por el viaje aventurero. Me dispuse a ir hacia la agencia de viajes, y por el camino, divisé un carte que ponía: "Damos té con pastas por sólo 1'50$". Justo en instante supe cual sería mi próxima parada.
-¿No le parece mejor un viaje a París, Londres o Brujas?-me dijo el dependiente
-¡Que no! ¡Que quiero ir a Marruecos!- respondí, ya un poco malhumorada.
-Bueno vale está bien. Que chica más rara- susurró el hombre dirigiéndose hacia su jefa.
Tras 8 minutos de espera, volvió con una sonrisa muy fingida en la cara.
-Todo listo. Mañana sale el barco a las 10:30 de la mañana, es muy precipitado pero es lo único que tenemos hasta los próximos 6 días.
-Tranquilo, nada es precipitado para mi. Muchas gracias, y perdone las molestias.
Me fui muy contenta hacia mi casa, pero sabía que había algo que había dejado a medias. ¡Ya lo sé ! Mi mp4, tengo que arreglarlo para mañana. No me da tiempo. Me resignaré a ir sin música.
Cuándo llegué a mi casa, cogí los únicos andrajos que tenía a mano y los metí en una maleta. Todo listo, puedo dormir tranquila. Mañana será otro día.
Sonó el despertador a las ocho de las mañana, aún muy temprano, así que lo retrasé, lo retrasé demasido. Cuando me desperté eran las 9:30 de la mañana, y aún no había hecho nada. Desayuné tan rápido como pude y cogí mi 4por4, el único espectador de todas mis aventuras.
Llegué al Aeropuerto con la hora justa, pero era suficiente para coger los billetes e irme.
Llegué a Marruecos sobre las 3 de la tarde, estaba hambrienta, y paré en el único bar que estaba de paso. Comí cuscú, mmmm, delicioso¡
Estuve cinco días conociendo a gente muy honrada y buena. Eran súper hospitalarias. También estuve en la playa, una playa nunca vista para mis ojos.
Llevaba meses planeando el viaje de mi vida, con la persona de mi vida, en le sitio de mi vida..... Todo debía ser perfecto, debía ser un viaje inolvidable e inmemorial para todos. Estaba todo a punto, pero mi poca coherencia y yo, decidimos abandonarlo todo para seguir al destino. Así que me dispuse a anularlo todo: descambié mis espléndidos vestidos de gala, mi maravilloso bolso de "Dolce Gabana", los preciosos zapatos que a toda mujer le gustaría poseer. Pero lo significativo no era eso, lo significativo era cambiar el viaje de ensueño, por el viaje aventurero. Me dispuse a ir hacia la agencia de viajes, y por el camino, divisé un carte que ponía: "Damos té con pastas por sólo 1'50$". Justo en instante supe cual sería mi próxima parada.
-¿No le parece mejor un viaje a París, Londres o Brujas?-me dijo el dependiente
-¡Que no! ¡Que quiero ir a Marruecos!- respondí, ya un poco malhumorada.
-Bueno vale está bien. Que chica más rara- susurró el hombre dirigiéndose hacia su jefa.
Tras 8 minutos de espera, volvió con una sonrisa muy fingida en la cara.
-Todo listo. Mañana sale el barco a las 10:30 de la mañana, es muy precipitado pero es lo único que tenemos hasta los próximos 6 días.
-Tranquilo, nada es precipitado para mi. Muchas gracias, y perdone las molestias.
Me fui muy contenta hacia mi casa, pero sabía que había algo que había dejado a medias. ¡Ya lo sé ! Mi mp4, tengo que arreglarlo para mañana. No me da tiempo. Me resignaré a ir sin música.
Cuándo llegué a mi casa, cogí los únicos andrajos que tenía a mano y los metí en una maleta. Todo listo, puedo dormir tranquila. Mañana será otro día.
Sonó el despertador a las ocho de las mañana, aún muy temprano, así que lo retrasé, lo retrasé demasido. Cuando me desperté eran las 9:30 de la mañana, y aún no había hecho nada. Desayuné tan rápido como pude y cogí mi 4por4, el único espectador de todas mis aventuras.
Llegué al Aeropuerto con la hora justa, pero era suficiente para coger los billetes e irme.
Llegué a Marruecos sobre las 3 de la tarde, estaba hambrienta, y paré en el único bar que estaba de paso. Comí cuscú, mmmm, delicioso¡
Estuve cinco días conociendo a gente muy honrada y buena. Eran súper hospitalarias. También estuve en la playa, una playa nunca vista para mis ojos.
PLAYA DE MARRUECOS CON UNAS AMIGAS.
Todo fue maravilloso, hasta que llegó el sexto día, que me pilló una tormenta de arena. Yo me encontraba en medio de la nada, cuándo de repente, a lo lejos, divisé a gente corriendo hacia sus casas. Me amedrenté un poco, pero pensé que no era nada. A los cinco minutos, la arena chocaba contra mi cuerpo, produciendo un dolor inexplicable.
-¿Dónde estoy?- dije al despertar. Mis ojos veían a una persona increíblemente guapa. Este era un chico más o menos de mi edad.
-Tranquila. Estabas en la calle cuando la tormenta de arena arrasaba con todo. No podía dejarte ahí, así que decidí traerte hasta casa. Mi madre te ha preparado un té con pastas, ¿te apetece?
-Muchas gracias, no sé cómo agradecértelo.
-Toma este té con pastas y estaré bien agredecido.
Jajajajajajajaja nos reímos a la vez. Esta fue la primera vez en la que nuestras miradas se cruzaron, y sentí un sentimiento muy extraño, pero a la vez bonito. Era la primera vez que sentí algo así. Era algo enigmático. Sin ni siquiera haberle preguntado su nombre, sabía que íbamos a ser grandes amigos.
Me contó que que su abuelo era marroquí, pero que su abuela era española, y sus padres, eran también españoles. Mis dos últimos días en Marruecos los pasé con él. Jamás se me olvidarán. Él me enseñó sitios increíblemente bonitos. El penúltimo día de vuelta a España, me llevó a un Castillo, dónde sólose podía entrar por el día, y con una entrada que sólo la conseguían los 50 primeros ir (era difícil conseguirla porque la gente estaba muy temprano allí para entrar en el castillo). Pero nosotros nos saltamos las reglas. Cuando estábamos dentro, todo iba perfecto. Jugueteábamos entre los árboles, comíamos pipas y chuches, y les dábamos forma a las nubes y estrellas. Así toda la noche, hasta que llegó el guardia de seguridad, que muy irritado, dijo:
-¿Quién anda ahí?
Él me cogió de la mano, y juntos, corrimos, corrimos cómo si fueramos hasta el fin del mundo. Ya mada importaba mientras estuviera con él. Finalmente nos escondimos bajo un árbol. Las estrellas y este árbol, fueron los únicos testigos de nuestros primer beso. El beso duró muy poco, pero en mis pensamientos duró una eternidad. Esa noche dormimos en la castillo.
Al día siguiente estábamos muy tristes, ya que me iba a España, y posiblemente no nos veríamos más. Yo me afligí muchísimo, y él estaba igual, lo que pasa es que lo disimulaba, para que yo no me pusiese triste.
Recogí todas mis cosas, y para mi desconcierto, vi que Carlos(ese es su nombre), también recogía sus cosas. Yo me quedé anonadada, y eufórica, sin saber que decir. Finalmente él me dio un abrazo y nos dirigimos hacia el barco.
En este mismo instante él y yo seguimos juntos, en alguna parte del mundo.
Ahora me gustaría terminar mi relato con una pequeña enseñanza. Al principio, tenía mi vida planeada, mis objetivos, mi familia, mi casa...etc. Pero realmente, pensáis que así iba a ser feliz? Si pensáis que si os equivocáis, pues ya veis que no. Quizás pensáis que arriesgué mi vida en un estúpido capricho, que después se convirtió en algo más. "Quien no arriesga no gana".
En este viaje conocí a la persona que me hace feliz, simplemente, porque arriesgué.
Marruecos, está situado en África del norte con costas en el Océano Atlántico y el Mar el Mediterráneo.Marruecos al este tiene Argelia, en el sur Mauritania y por el norte el estrecho de Gifraltar. Es un fascinante país donde al este está Argelia aunque también esta el Sahara Occidental Está separado de Europa por el estrecho de Gibraltar. Su capital es Rabat.
Es el único país africano que actualmente no es miembro de la Unión Africana(UA).
Los idiomas oficiales de Marruecos son el Marroquí y el Fracés.
El clima de Marruecos es Mediterráneos, y siempre alcanza temperaturas muy altas.
Marruecos es una economía bastante estable con un crecimiento continuo durante el último medio siglo. El PIB per cápita creció 47% en los años sesenta alcanzando un crecimiento máximo del 274% en los setenta. Sin embargo, esto demostró ser insostenible y el crecimiento reducido drásticamente a sólo un 8,2% en los años ochenta y 8,9% en los años noventa. La conclusión es que Marruecos es un país muy pobre, dónde los niños no pueden vivir una vida normal, ya que no tienen los medios sufivientes para, además, algunos tampoco pueden ir a la escuela.
La moneda oficial de este país es el: Dirham marroquí.
La bandera de Marruecos es roja con una estrella en medio, y el escudo es una corona con dos leones intentando coger la corona.
Es el único país africano que actualmente no es miembro de la Unión Africana(UA).
Los idiomas oficiales de Marruecos son el Marroquí y el Fracés.
El clima de Marruecos es Mediterráneos, y siempre alcanza temperaturas muy altas.
Marruecos es una economía bastante estable con un crecimiento continuo durante el último medio siglo. El PIB per cápita creció 47% en los años sesenta alcanzando un crecimiento máximo del 274% en los setenta. Sin embargo, esto demostró ser insostenible y el crecimiento reducido drásticamente a sólo un 8,2% en los años ochenta y 8,9% en los años noventa. La conclusión es que Marruecos es un país muy pobre, dónde los niños no pueden vivir una vida normal, ya que no tienen los medios sufivientes para, además, algunos tampoco pueden ir a la escuela.
La moneda oficial de este país es el: Dirham marroquí.
La bandera de Marruecos es roja con una estrella en medio, y el escudo es una corona con dos leones intentando coger la corona.
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