Primer capítulo del "relato"


Un día cualquiera de Mayo.
Me asomé a la ventana, y observé, como cada gota de agua caía del cielo. Cada gota insignificante, recorría un camino totalmente distinto. Algunas, caían muy rápido, otras, muy lentamente, unas eran muy pequeñas, otras muy grandes y algunas, iban tan cerca, que parecía que siempre recorrerían el mismo camino. Pero cuando estaban a punto de llegar a la meta, la más minúscula, se desviaba, produciendo un cambio brusco e inesperado. En ese instante, me di cuenta de que realmente así es la vida de las personas. Parece que todas van por el mismo camino, siempre juntas y unidas, pero cuándo menos te lo esperas, una se desvía, y ya nunca más vuelves a saber de ella, o quizás, esa persona siga ahí, pero cuándo verdaderamente la necesitas, no está. Realmente hay excepciones, como en todo. Los verdaderos amigos siempre están, lo que ocurre, es que verdaderos amigos hay muy pocos. Yo por suerte tengo a unos brillantes.
La calle estaba solitaria. Ningún transeúnte caminaba aquel día, probablemente, por la lluvia. A todo el mundo le extrañaría bastante ver a cualquier persona cantando, bailando, o simplemente, paseando. Pero en mis pensamientos, esta idea siempre reina. Me encantaría andar por la calle un día de rayos, tormentas y lluvia, con alguien especial de la mano. Cantaríamos, bailaríamos, saltaríamos y chapotearíamos sobre los charcos. Pero,¿esto ocurrirá algún día? Llevo mucho tiempo soñando con este momento, quizás demasiado. Cuando bajo a la calle a dar un paseo, siempre observo a la gente. Muchos están con sus amigos o familia, pero bastantes más están con sus parejas, o como quieran llamarlo. Juguetean entre ellos, se ríen, se besan, se abrazan. Todo parece tan bonito.......

0 comentarios:

Publicar un comentario